jueves, 8 de marzo de 2012

#2 He de ser sincero.

He de ser sincero. Después de cómo veo que se desarrollan los acontecimientos, he de decir que dudo muchísimo de qué es lo que me ha ocurrido estos últimos 3 años. Sí, 3 años.

El parto ha sido asqueroso. De lo más escatoológico y repugnante que te puedas imaginar. Una amalgama de sangre y vasos, envueltos en plasma y líquido amniótico y una luz especial. Y la criatura que ha aparecido ha estado a la altura de las espectativas. Uno de los animales más admirados por mí ha sido el lobo, lupus canis. Un ser propio de bosques helados, de novelas de vampiros legendarios, que arrasaban con culquier atisbo de humanidad encarnizada que tuviese lugar en los límites de su territorio. No es la venida de un lobo lo que ha tenido lugar, sino la de una hiena. Seres que ríen cual demonios, que follan como perras y que estremecen la carne a cualquier persona que se cruce en su camino. Esta noche una madre humana ha parido una hiena. Bienvenida al mundo. Abre tus fauces, que lo que has tragado no es nada en comparación con lo que aún queda por tragar.

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